
El invento envía choques a través de electrodos implantados en el cerebro causándole placer.
La tecnología se vino utilizando en Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson pero recientemente se le encontró una nueva utilidad: causar placer.
En los últimos meses los científicos se centraron en la zona del cerebro justo detrás de los ojos conocida como la corteza orbitofrontal, una zona que está asociada con sentimientos de placer derivados a la alimentación y el sexo.
Morten Kringelbach, el científico de la Universidad de Oxford del departamento de psiquiatría que lideró el estudio, encontró que la corteza orbitofrontal podría ser un “nuevo objetivo de estímulo” para ayudar a las personas que sufren de la incapacidad para experimentar el placer sexual.
Por otra parte, el profesor de Neurocirugía Tipu Aziz, dijo: “Hay pruebas de que este chip funciona. Hace unos años un científico implantó este dispositivo en el cerebro de una mujer con un bajo deseo sexual y se convirtió en una mujer sexualmente muy activa. A ella no le gustó el cambio repentino, por lo que el cableado en su cabeza fue eliminado“.
“Cuando la tecnología se mejore podremos utilizar la estimulación cerebral profunda en muchas nuevas áreas. Será también más sutil. Tendremos un control donde el chip podrá activar y desactivar cuando sea necesario“.
La tecnología se vino utilizando en Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson pero recientemente se le encontró una nueva utilidad: causar placer.
En los últimos meses los científicos se centraron en la zona del cerebro justo detrás de los ojos conocida como la corteza orbitofrontal, una zona que está asociada con sentimientos de placer derivados a la alimentación y el sexo.
Morten Kringelbach, el científico de la Universidad de Oxford del departamento de psiquiatría que lideró el estudio, encontró que la corteza orbitofrontal podría ser un “nuevo objetivo de estímulo” para ayudar a las personas que sufren de la incapacidad para experimentar el placer sexual.
Por otra parte, el profesor de Neurocirugía Tipu Aziz, dijo: “Hay pruebas de que este chip funciona. Hace unos años un científico implantó este dispositivo en el cerebro de una mujer con un bajo deseo sexual y se convirtió en una mujer sexualmente muy activa. A ella no le gustó el cambio repentino, por lo que el cableado en su cabeza fue eliminado“.
“Cuando la tecnología se mejore podremos utilizar la estimulación cerebral profunda en muchas nuevas áreas. Será también más sutil. Tendremos un control donde el chip podrá activar y desactivar cuando sea necesario“.